“Acudí a Andrea porque mi estado anímico estaba deteriorado. Esto producto de muchas tensiones y de haber pasado malos momentos en el aspecto laboral.
Desde la primera sesión sentí que algo variaba en mi estado físico y mental.
Las siguientes sesiones fueron cada vez más relajadas, ya que entendí de qué se trataba.
Me llamó mucho la atención, que luego de realizadas las sesiones, nos sentamos a ver que había realizado Andrea. Ahí precisamente estaba lo más atractivo, ya que sin yo decir ni una palabra, Andrea había indicado lo que ella había percibido y “mejorado”. Siempre acertando en los malestares que tenía.
Lo bueno de este “tratamiento” es que la terapeuta trabaja en silencio en tu cuerpo. Además no necesitas consumir medicamentos, ni dedicarte a hacer experimentos que en definitiva a nada conducen.
Estoy agradecida de lo que logramos, sobre todo, sacar aquellas cosas que afectan particularmente al cuerpo de cada uno de manera tan diversa al resto”.
Rosa Gómez S.
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