domingo, 20 de marzo de 2016

Isabel Concha



Ya es casi 1 año que conocí a Andrea y que fui por primera vez a su terapia. (aún sigo yendo a terapia, y no se si la deje algún día, la sanación nos puede llevar toda la vida)
No sabía nada del biomagnetismo, de bioenergetica, de la TRE ni de nada de lo que ella hacía como terapeuta.

Sólo fui porque "algo" me dijo que este sería el momento en donde cerraría muchos procesos que venía hace ya muchos años intentando cerrar.
Cuando llegue donde ella venía herida, venía cansada... Mi descripción del estado en el cual me encontraba era como la de un águila que ha volado por mucho pero mucho tiempo y le queda el último tramo por volar pero que ya siente que no puede más y que lo único que quiere es detenerse, parar y caer rendida por el cansancio, cerrar los ojos y desaparecer un breve instante ( no morir precisamente) pero si descansar y sentirme rendida (no todos nos permitimos rendirnos, porque nos enseñan que rendirse es malo)

Recuerdo que me pregunto, luego de hacerme sentar y ponerme cómoda: 

Andrea: A qué vienes Isabel? 

Yo le respondí convencida, decida y llena de emociones por dentro: A sanarme...

Y fue ahí donde comenzó mi viaje.

Confiar, eso es lo primero que hay que hacer para querer sanarse. Y desde esa primera sesión solo confíe que todo ese dolor que había en mi sería sacado de raíz. Me recosté en la camilla, me puso los imágenes y sin querer, sin racionalizar, lloré como quizás no había llorado hace años.... Luego de esa primera sesión, tras escucharla muy atentamente y sentirme más que identificada por todo lo que me dijo sin conocerme comprendí que ese "algo"que me  hizo llegar donde ella, me llevo hasta ahí para encontrar miles de respuestas.... Y que en tan solo una sesión ya comenzaba a tenerlas.

Y así seguí, rigurosamente con mi terapia. Comprometida, hasta el día de hoy; siempre anoto lo que me pasa, lo que siento que no va bien y me he dedicado todo este tiempo a conocerme, aceptarme y amarme por quien soy modificando todo aquello que no suma ni a mi ni al resto. No ha sido un proceso fácil pero tampoco complicado, he pasado por las calles más oscuras de mi vida, mirando miedos cara a cara, llorando y soltando emociones arraigadas en mi por mucho tiempo y que gracias a Andrea he sabido ir llevando, siempre con dulzura pero con firmeza o sino, no sirve.

Me siento nueva, me siento feliz, llena de amor y agradecida de la

Vida que la divinidad me ha otorgado y acá me q quiero detener. Hoy, estoy gestando dos hermosas vidas dentro de mi vientre, no tenemos mi marido ni yo antecedentes de tener gestaciones múltiples, pero tenemos un hijo que cree en el amor infinito que el universo nos tiene y el pidió con todo su corazón tener dos hermanas y el universo se lo concedió.... Me siento tan bien, tan saludable he tenido un embarazo maravilloso en donde mi única explicación de poder gestar a mis mellizas en mi vientre es porque como mujer y como familia estamos preparados para recibir a estas dos hermosas mujeres, Elena y Amalia que sin duda vendrán a enseñarnos muchas cosas. Con esta terapia no solo me he sanado yo sino que he sanado a mi familia completa, siento estar viviendo una plenitud máxima en donde mi marido, mi hijo, mis mellizas y yo estamos en una absoluta vibración y conexión.

Andrea también trató a Vicente, en un momento que fue difícil para el y para nosotros pero que gracias a su profesionalismo y de saber que hacer su sanación fue inmediata... El le tiene mucho cariño porque cuando le digo que voy a mi terapia me dice: llévame? Ella es linda, me cae bien :) los niños son nuestros maestros y por algo Vicente siente esa sincronía con Andrea.

Para mi, esta es la manera de sanarnos, la medicina que viene desde la espiritualidad, que viene desde nuestro interior... no médicos, no pastillas... Porque también en algún momento acudí a eso.... Pero las respuestas las tiene uno, quizás no nos atrevemos porque claro, en este tipo de terapias no podemos hacernos los tontos ni engañarnos pero a la vez es la manera más sincera y más noble que podemos hacerlo.

Que no parezca que este relato es un "oda a Andrea", aunque podría serlo perfectamente :) es sólo que para mi, trabajar todo este tiempo con esta maravillosa mujer me ha demostrado que uno puede sanarse hasta lo más hondo de nuestro ser pero siempre acompañados de alguien que sepa, que te guíe, que sea responsable y certero en lo que hace y Andrea me ha dado la confianza que he necesitado... me siento una Isa 2.0 remasterizada jejeje me siento llena de luz, de amor, de gratitud, de armonía  y agradezco a la vida, a dios, a los ángeles y maestros permitirme caminar por este camino de sanación con esta mujer sencilla, hermosa y luminosa.






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